Nacer antes y convertirse en un niño de brazos: la gran bendición.






I. Los brazos de mamá son la mejor cuna del mundo.

No existe tal cosa de "embracilar" a un bebé o "malcriarlo" si se le ofrecen los brazos -y cargarlo- cada vez que lo pide. Esta necesidad de estar con su mamá y de ser llevado en brazos es la bendición de la VINCULACIÓN.


Dice Laura Rincón Gallardo, precursora de la terapia de contención en México, que mamá e hijo se "prestan un servicio" al llevar a cabo la vinculación. Yo lo veo de esta manera: el bebé con su olor, con su llegada, con su cercanía le permite a mamá permanecer en un delicioso estado de enamoramiento, una sensación increíble de bienestar; y mamá, a su vez le da al bebé una sensación de seguridad y protección.

Sin embargo, la vinculación puede verse afectada muchas veces. No siempre el parto es la experiencia hermosamente transformadora que vincula madre con hijo. En ocasiones, por ejemplo, en un parto prematuro, o en un parto que termina en hospitalización para uno de los dos y en terrible separación, la vinculación se ve afectada.


¿Y por qué se afecta la vinculación en estos casos? Por que el bebé en lugar de recuperarse al lado de su madre de esa transformadora experiencia de venir al mundo, lo hace sólo y aislado en una incubadora.

Un bebé que va del vientre a la incubadora o a la cama radiante de una UCIN, es un bebé al cual se le quita la oportunidad de sentir el calor de mamá para recuperarse. Y esto es terrible, pues el bebé debe aprender a sobrevivir lejos del abrazo, lejos de la lec

he materna, lejos del cuerpo de mamá, lejos del amor.
El único contacto humano que reciben estos bebés hospitalizados, es el que proviene de enfermeras, doctores y especialistas que los tocan para pincharlos, revisarlos o cambiarlos de pañal. Todo contacto humano en el hospital es técnico, y aunque pueda ser humanizado, NO SERÁ JAMÁS COMO EL CONTACTO CON MAMÁ Y PAPÁ.

Muchos bebés no logran sobrevivir. Y es justo decir que muchos de ellos realmente fallecen por desamor, por falta de contacto.

¿Y qué sucede con los bebés que sobreviven y que pueden ser llevados a casa?



II, Los brazos de mamá sanan.

No hay mayor oportunidad de sanación y restitución del vínculo madre-hijo, que aquella de una mamá que puede llevar al bebé, por fin, a su hogar y con los suyos. Esto represen
ta la más grande ocasión para reponerse juntos y agradecer la vida de ambos.


El bebé prematuro o separado precipitadamente de mamá, que llega a casa después de días y en ocasiones meses de hospitalización, es un bebé que necesita ser criado en brazos. Es un bebé que necesita mucho contacto, pasar mucho tiempo recostado en el pecho de mamá, sentir su calor, olerla, reconocerla, y volver poco a poco a tener esa sensación seguridad y protección que perdió.

La terapia de contención y la crianza en brazos son como la respiración para un bebé prematuro o separado de mamá en su nacimiento. Y esto también ayudará a la mamá.

Para mamá, sentir a su bebé, reconocerlo, saberlo suyo, olerlo, tocarlo, tenerlo cerca, disipará poco a poco el miedo a perderlo de nuevo o lastimarlo. Este reconocimiento les ayudará a vincularse de nuevo, a ir sanando mutuamente a través del manto fuerte e invisible del amor. El amor es la respuesta para volver a la vinculación.

Convertir al bebé en un niño de brazos no es una locura, ni un mal consejo. Es todo lo contrario: la gran bendición de sanar. Se ha comprobado que un bebé que es cargado, por lo menos 4 horas al día, se vuelve un bebé seguro, confiado, feliz, poco irritable y sano. Los bebés que son llevados en el pecho de mamá suben más rápido de peso, reinciden menos en enfermedades propias de su nacimiento y presentan menos problemas de salud.

¿Pero, cómo? ¿Cargarlo más de tres horas a diario?


III. El porteo natural: convertirse en un niño de brazos.

Actualmente existen muchas opciones para llevar a tu bebé cerca de ti y que te dan la oportunidad de realizar tus actividades diarias, sin cansarte: : fulares, rebozos, mei tai, rebozos de anillas, en fin. Puedes buscar en internet y las opciones son muchísimas. Una vez que te acostumbras a ellos, tú y tu bebé los adorarán.



Nada mejor para un bebé que convertirse en un niño de brazos, "embracilarse" o "malcriarse" en brazos, como muchos lo llaman. No hay nada mejor para crecer a un bebé que el instinto de mamá: Esa voz que no escucha críticas o consejos de otros, sin haber escuchado primero a su corazón y al corazón de su bebé.






2 comentarios:

  1. Me encanta la palabra embracilarse, nunca habia oido esa expresión en España, la usaré en mis clases, es muy expresiva

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  2. A mi también me gusta. Como tú dices "expresa".
    Un abrazote, y qué hermosos bebés!

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