Homeschooling: una nueva forma de mirar y abrazar al mundo.



Cada día somos más y más mamás convencidas en hacer Homeschooling o Escuela en Casa. Lo cual miro como una tendencia maravillosa y sana. De nuevo, una situación de equilibro.

En algún momento de nuestro paso por la escuela, creo que a todos nos sucedió cuestionarnos si lo que estábamos viviendo era lo mejor. 

En mi caso siempre fui una estudiante excelente, de esas estudiantes que todo maestro adora tener porque era muy calladita, bien portadita y siempre hacía lo que el maestro decía. Hasta que llegué a la secundaria y me dije: "Ups! Todavía me faltan 10 años más, y 5 más si quiero hacer especialidad y posgrado" Pensaba que toda mi juventud se me iría encerrada en la escuela, y luego mi madurez encerrada en una oficina...¡Qué horror! 

Me convertí en docente desde los 19 años, primero de la asignatura de inglés y más adelante de asignaturas específicas. Entonces comencé a ver muy de cerca las deficiencias de nuestro sistema educativo.


1. La educación en México, ya sea en una institución pública o privada se debate entre la libertad y el papeleo... Sin papeleo no hay paga: Gana el papeleo.

En lo personal, como profesora y como hija de una profesora con vasta carrera en la educación primaria, me di cuenta que la escuela TODO DEBE TENER BAJO CONTROL. Antes que una  calidad educativa impecable, se exige un papeleo impecable. Hay que llenar hojas de asistencia, porcentajes o promedios, calificaciones de actividades, tareas, exámenes, registro de actividades personales de los alumnos y por supuesto, el plan de clase diario, con su Tema, Subtema, Objetivo, Propósito, Actividades principales y secundarias, Habilidades a desarrollar, Tareas, Modo de Evaluación y demás observaciones. Todo esto con sus tiempos medidos. Todo esto a diario o de manera semanal. 

Al profesor no le alcanza el tiempo para ser creativo, y eso no importa realmente, porque el sistema nunca le va a pedir que lo sea. No. En cambio, el sistema le pedirá que el papeleo sea correcto y que estudie para los exámenes oficiales que lo calificarán como un buen elemento o no, y por ende, le premie o no, al serlo.



Además, es importante anotar que las nuevas generaciones de profesores vienen ya de una escuela que pide MEMORIZAR en lugar de APRENDER, que PREMIA por ser callado y REPRIME al que habla o tiene la necesidad de pararse del horrendo pupitre en el cual debe pasar más de cinco horas, y que le ofrece ser OBRERO en lugar de EMPRENDEDOR. De esa escuela vienen los nuevos profesores. Así de triste. No hay más. Los profesores no tienen la culpa. Más bien, la educación capitalista ya es así, reprime, clasifica y discrimina. Así funciona mejor el poder de unos cuantos al mando.

La extenuante burocratización de la escuela y la educación se ha vuelto ya una enfermedad fulminante para la libertad de pensamiento, no sólo de los niños, también de los profesores.

  

2. Los programas educativos para la escuela pública y privada, desde la educación básica a la universitaria son obsoletos.

Supongamos que algún profesor logró sobrevivir a la pila de papeleo por hacer y pudo llegar con algo de felicidad mental y del alma a impartir su clase. Él desearía abordar un tema en específico, que considera importante y crucial para la formación de sus alumnos... pero no lo puede impartir, el sistema no tiene contemplado ese tema en el programa.

Es necesario decir, algo que ante los ojos de muchos es obviedad: la educación en México - en todos los niveles- enfrenta un rezago educativo crítico, de muchos años. Algunos expertos comentan que son diez años, otros más acertados apuntan, incluso, que el rezago es de un siglo. Yo estoy en más acuerdo con lo segundo. En las universidades públicas, por ejemplo, se imparten programas que datan de 1976. Es un rezago abismal, demasiado preocupante, que indica que en la universidad se está enseñando algo que al alumno no le servirá ya cuando se titule, mucho menos cuando vaya en búsqueda de trabajo.

Los programas de estudios en México son obsoletos, es decir, no están proporcionando a nuestros hijos las habilidades técnicas, lectoras, lógicas y mucho menos emocionales para su desarrollo integral. Y esta es la realidad educativa de todas las escuelas públicas y privadas, sin distinción. 


 

3. El gran mito de la calidad en las escuelas privadas.

Las escuelas privadas surgieron como una solución al mal de las escuelas públicas. Sin embargo al día de hoy, llevar a cabo una educación en una escuela privada no es garantía de éxito.

La escuela privada se ha visto no como una institución de aprendizaje, si no como un negocio. En algunas ocasiones, funge como una especie de guardería grande en la cual los padres tienen un MAYOR CONTROL de sus hijos a través de los maestros, prefectos y monitoreo continuo; en otras ocasiones, la escuela privada se vive como un arrendador del cual se puede obtener un título si se le pagan las mensualidades de forma puntual durante los años que dura la carrera.

Al final, no todos los titulados como licenciados o maestros o doctores son merecedores del título o poseen en verdad el conocimiento, pero sí son los que cumplieron con sus colegiaturas.

Ya en educación primaria y secundaria, suponemos que estas escuelas proporcionarán las mejores herramientas a nuestros hijos, pero esta es una creencia que puede o no ser verdad, dependiendo lo que esperemos mirar en nuestros hijos ya de adultos. 



Si esperamos que nuestros hijos respondan a las necesidades exclusivamente laborales de un mundo capitalista y sean exitosos dentro de la orbe explotador- explotado, podemos pagar costosísimas colegiaturas en la esperanza de que por el renombre de las escuelas nuestros hijos sean contratados por grandes transnacionales para laborar más de 10 horas al día, en una especie de esclavitud, pero eso sí muy bien remunerada.

Pero si deseamos que nuestros hijos sean exitosos en sus propios términos y en su propia felicidad, no la que dicta el afuera, creo entonces que no hay escuela privada (o pública) que pueda darles creatividad, libertad de pensamiento y sentido de crítica. Esto, completamente, se da en casa y sin invertir ni un peso, pues se da desde el corazón.



4. La creatividad muere en el sistema escolarizado.

La escuela tal y como la conocemos es producto de la necesidad de controlar y estandarizar al ser humano. Para el sistema es mejor que el niño o la niña no piensen y no sean creativos, por que así no podrán cuestionar nada. Eso es lo conveniente para los pequeños círculos en el poder: crear empleados y no creativos emprendedores.

Algo que me sorprende y me fascina de mi hijo es su curiosidad y su capacidad para atreverse. Él no tiene miedo de ser regañado, reprimido o callado... y todo lo que considera que puede hacer, lo hace, lo hace muy bien y lo hace a su ritmo. No necesito apurarlo ni criticarlo. Es su libertad y la respeto, no quiero que se le acabe esa magia de aprender, por eso -desde que cumplió un año de edad- decidí nunca escolarizarlo.

En la escuela, tal como la conocemos, se enseña a los niños a seguir patrones establecidos, se les enseña a repetir y memorizar, a cumplir con lo que se pide y tal como se pide. Si el niño muestra algo de creatividad que no corresponda a lo que el profesor desea, de inmediato se le reprime y se le critica. No ha cabida en el aula para ser diferente. De hecho, ser diferente es ponerse de blanco para ser objeto de burlas. 


La creatividad es la libertad personal para abrazar al mundo. Y abrazarlo como mejor parezca, usando los dos hemisferios (en la escuela tradicional se le da prioridad al izquierdo -del razonamiento), siendo pensantes pero también intuitivos, nos llevará a un crecimiento integral. 


------------------------------------------------


Hace varios meses, mientras miraba jugar a mi hijo con una pila de cubos, pensaba en cómo sería  cuando él decidiera que querría "ser de grande". Me imaginé los años que pasaría de escuela en escuela en busca de la carrera perfecta. Pero de pronto, en lo que ahora llamo momento de lucidez, me imaginé NO llevándolo a la escuela, y en cambio, llevándolo con nosotros de viaje, explorando lugares, aprendiendo de diversas culturas. Por un momento me dije "¡Qué hippie estás Karina, tú quieres vivir una utopía!"; pero minutos después, imaginé de nuevo a mi hijo, feliz por conocer el mundo de otra manera, estudiando en casa, aprendiendo a mi lado... así que lo hablé con mi muy amado esposo, y juntos decidimos que Aldebarán no iría a la escuela, ¡la escuela vendría a casa!.

Pronto, cuando compartí nuestra decisión con amigos y familiares, comenzaron a dejarse escuchar los comentarios de "Están locos", "¿Por qué quieren privar al niño del mundo?", "No pueden encerrarlo en una jaula", etc. Sin embargo, estoy consiente que todas esas palabras no eran más que resistencias y justificaciones de sus propias posturas y necesidades. 

Hoy, me emociona la idea de darle otra educación a mi hijo, una más amable. Me hace feliz la idea de ser yo quien lo apoye en sus aprendizajes en total disponibilidad, y de poder darle la libertad de elegir los cursos, talleres o actividades que él quiera tomar y realizar, y en los cuales tendrá también la oportunidad de socializar con otros niños de su edad. Pero me emociona más aún, la idea de vacacionar cuando así lo deseemos, de visitar museos en "horas de clase", de explorar nuevas formas de aprendizaje sin reprimendas ni llantos, de ir juntos de un lugar a otro sin preocuparnos por la "portabilidad" de la escuela o la inmovilidad de las fechas de examen. ¡Al fin un mundo maravilloso!

Sé que mis (pre)ocupaciones serán otras, estoy segura, pero estoy muy consciente de mis capacidades, mi amor y mi disponibilidad como mamá. 


Hoy abrazo con mucha luz a todas las mamás y papás homeschoolers, pues en nuestra decisión va también una bella manera de cambiar el mundo, de hacerlo mejor, con gente más feliz y educándose no para la vida, si no desde la vida.   








(Este texto te lo dedico a ti Adri, amiga, madre y guerrera, porque te admiro y respeto con el corazón, tal y como es en una verdadera amistad, sin rostros, puros corazones latiendo)









2 comentarios:

  1. :) muy bueno, y que bueno que empiezas sin entrar al sistema, creelo que es muchso ams facil no "contaminarse" desde ahora y tienes tiempo para leer y tener mucha informacion al respecto.

    abrazos

    ResponderEliminar
  2. Lety, muchas gracias. Así lo creo tambien, mejor no "contaminarnos" y permitir a mi hijo la escuela libre. Como profesora que he sido, todavia me complico con esquemas especificos, con formas de medir el aprendizaje, pero tengo fe que la intuicion mia y el ritmo de mi hijo me indicaran el camino.

    ResponderEliminar