La Crianza con Apego como un equilibro a los tipos de crianza de la sociedad industrializada.



Últimamente me he encontrado con distintos blogs, webs y publicaciones en redes sociales en donde prevalece un debate entre madres anti-apego y madres en favor de la crianza con apego. Los argumentos de ambos lados son muchísimos, sin embargo, llega un punto en la discusión en que parte del debate se vuelve "pobrecita seguramente fuiste educada así, pobres de tus hijos", "qué horror estar pegada todo el día a tu hijo", "que horror, que feo dejarlo llorar y sentir que no tiene mamá", et cétera.

Me parece que La Crianza con Apego es una hacer que va más allá de una simple opción para educar o amar y muchísimo más allá que una simple moda, como se le ha querido des-calificar.

La crianza con apego es un parteaguas para nuestra cultura occidental que mayormente ha sido criada en la cuna del desapego; además de resultar para una sociedad moderna y capitalista una especie de retroceso, en el hecho de que la mujer permanezca disponible gran parte de su tiempo productivo "cubriendo las necesidades de un bebé o niñ@", casi a manera de esclavitud.

¿Por qué elegir estar disponibles todo el tiempo para nuestros hijos, si existen cantidad de guarderías, comunidades de niñ@s, niñeras especiales y más preparadas, cunas, aditamentos y situaciones que nos facilitarían más la crianza a distancia?

¿Por qué elegir colecho cuando "lo sano" es que cada quien duerma en su cama y en su habitación?

¿Por qué elegir babywearing, si se venden ya tan preciosas carreolas para todas las edades, con diferentes compartimentos super prácticos?

¿Por qué elegir amamantar de forma prolongada, si en el mercado existen tantísimas leches que ayudan a los bebés a tener una mejor digestión, un mejor sueño y una alimentación "más balanceada"?

¿Por qué elegir atender en todo momento el llanto del bebé y cargarlo en brazos a riesgo de convertirlo en un pequeño tirano, que nos manipule, nos chantajee y nos tome la medida?


...Para crear un perfecto equilibrio.

Esta sociedad basada en el miedo, desea obligarnos a no creer en nosotras y mucho menos en nuestro instinto, pues si lo hacemos, ¿Cómo vamos a tener la necesidad de adquirir, de comprar?

Sin embargo, lejos del problema del consumismo, de los mercados y de la industria, lo que me concierne ahora, es opinar del equilibro que se obtiene a través de crianza con apego, en relación a las formas de abordar nuestras emociones, nuestra salud mental y espiritual.



EL APEGO ES LA BASE DE LA CONFIANZA Y LA SEGURIDAD.

Aportaciones de estudiosos como John Bowlby, Harry Harlow, el Dr.Sears o el Continuum de Liedloff, apuntan que existe un ciclo de apego en todo bebé, que en balance, es decir, sin cesura alguna lleva a los bebés a convertirse en niños más seguros y confiados. 

El gran problema surge cuando el ciclo del apego se ROMPE. Esto es, cuando la necesidad de un bebé no se ve cubierta, se origina un gran enojo y por ende, una gran desconfianza.


Cuando se deja a un bebé en llanto por más de quince minutos, el bebé comienza a aprender que contrario a su vida in útero, aquí afuera no puede confiar en el mundo. Y si se le deja llorar por más de treinta minutos, el cuerpo comienza a hacer reacción y a volver las hormonas de estrés una entidad tóxica para el propio bebé. Es decir, literalmente el bebé comienza a auto-intoxicarse.   

A mayor negligencia (ignorar es un acto negligente), mayor enojo y desconfianza se va creando en el bebé.  Y de manera proporcional e increíble, en él se va creando una mayor necesidad de apego. Es una vez más, un círculo vicioso, en el cual se va substituyendo el objeto de apego.

En mayor o menor grado, los que hemos crecido en una sociedad occidental industrializada, hemos aprendido a crecer en desapego, desconfianza e inseguridad, de todo tipo... no por nada, las empresas de seguros son las que mejor cotizan en el mundo. 

Muchos de nosotros hemos sido hijos crecidos desde un ciclo de vinculación y apego quebrantados.

Y tal como el monito de Harlow, fuimos creciendo de bebés a niños y a adultos, utilizando sustitutos para colmar nuestra necesidad de apego. ¿Y quién ha sido esa madre sustituta? ...Los objetos materiales, la televisión, juguetes, dinero, un trabajo mal remunerado, un automóvil, una relación destructiva, el alcohol, la droga, el cigarrillo, en fin. Tantas cosas por las cuales hemos sentido un terrible apego, justo por que refuerzan la desconfianza e inseguridad que sentimos de pequeños, cuando salimos del vientre de nuestra madre y nuestras necesidades dejaron de ser colmadas. 



LA CRIANZA CON APEGO EN VERDAD ES NUESTRA FORMA DE CAMBIAR AL MUNDO.

¡Qué diferente puede ser ahora! 

Al mirarnos como adultos en plena responsabilidad y descubrir que podemos ofrecer una educación y crianza distinta, nos enfrentamos ante una nueva manera de priorizar la vida.

Cada día más y más mujeres-madre nos damos cuenta que deseamos estar disponibles para nuestros hijos en todo momento, y que esto es lo que nos da plenitud, a pesar de la decisión de abandonar un trabajo bien remunerado pero cuyas jornadas son de 10 horas/día o de poner en stand by la carrera profesional.

Nuestra prioridad es contribuir a la sociedad desde nuestro espacio íntimo, desde el emprendimiento en casa, en la disminución de nuestra participación laboral allá afuera y sí, desde la crianza de nuevos seres humanos, cargados de una forma distinta de entregarse al mundo. 

Así lo hemos decidido, en plena libertad. Ser esa figura de apego para nuestros críos. Ser esa figura de la cual partirá todo respeto, amor y seguridad. Por supuesto, que no es pequeña la contribución. Es monumental.

Lo que estamos haciendo es proporcionarle a nuestr@s hij@s una integración trascendental al ciclo de la vida, en la cual su principal apego será a su libertad y felicidad. Y sí, esto va más allá de una simple opción de crianza o decisión para educar, es más que una filosofía de vida... es una manera de equilibrar el mundo. 



(PARTE 2, de las bases del apego...)

   

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