El bebé que no sabía que había nacido.... o ceder el poder.



La fotografía de un bebé nacido dentro de su saco amniótico intacto ha logrado un gran impacto en redes sociales. El obstetra que tomó y colgó la foto en su muro de Facebook tiene ahora una fanpage con más de 22,000 seguidores... también posee una página web y un grupo donde se ostentan las fotografías de sus "logros": partos y cesáreas electivas atendidas. Basta una lectura semiótica de las fotografías para entender lo que la sociedad "moderna" ostenta como milagros y encomia como "un trabajo admirable".

No quiero que se mal entienda este texto, mi postura no es en contra de una persona o personalidad, no me interesa entrar en ese debate y crítica fácil. Si el doctor ahora ofrece sus servicios en Facebook o tiene personas detrás que han sabido manejar la fotografía como un detonador mercadotécnico, es un asunto en el cual no quiero ahondar, y que sin embargo, refiero porque me lleva a la pregunta verdaderamente importante:





¿Dónde están las madres de los bebés?


El parto nos ha sido robado a las mujeres. Ahora quienes portan el nacimiento como un gran milagro SUYO son los obstetras, no las madres. Al buscar más información acerca de la famosa fotografía del bebé "que no sabía que había nacido" en ningún momento encontré datos de la madre, ella pasó de largo, nadie la felicitó, nadie supo su nombre, al menos no públicamente. Es que resulta que en esta sociedad es fácil borrar el nombre y el cuerpo de una persona -y sobre todo una mujer- para apropiarse de su experiencia de vida. Y nos parece ¡tan normal! Sin embargo, en casi todas las notas aparece el nombre del médico y datos de la página web en donde pueden contratarse sus servicios o sus datos en redes sociales.

He visto más de una treintena de fotografías de bebés nacidos en su saco amniótico, de partos atendidos por parteras; y son fotografías en las cuales se mira a la mamá siendo sujeto activo de su parto, no un objeto del cual se extrae un bebé. He escuchado las historias de mamás cuyo parto ha finalizado en el nacimiento del su bebé "dentro del saco", y es una maravillosa experiencia escucharlas y mirar la belleza de su creación. Muchos las hemos escuchado, y seguramente también hemos visto fotografías de bebés nacidos de esta manera, sin embargo, la fotografía que causa revuelo es aquella que denota "el milagro" de un obstetra, de un hombre. 

Pero no nos equivoquemos, los partos no son de los obstetras o del personal que lo atiende, los partos son nuestros: de las mujeres, de las madres.  

En esta sociedad "evolucionada" y "moderna" se aplaude la tecnología y la intervención como caminos para lograr que los acontecimientos sucedan con mayor rapidez. Como si se tratara de comida rápida, se ha dado paso a la preferencia de la producción en serie y de calidad mediana o baja... sucede esto también en el sector salud, cuyas altas en México son del 40% por cuestiones obstétricas. Es decir, en nuestro país 4 de cada 10 personas que son dadas de alta en un hospital público lo hacen por haberse atendido en cuestiones relativas al embarazo, parto y puerperio: es decir, son mujeres-madres. Sin embargo, es en esta atención obstétrica donde más se encuentran denuncias de violencia, en pocas palabras: a las mujeres nos borran el nombre, nos expropian el cuerpo, nos roban el parto, y la sociedad lo aplaude.

Esta es la violencia normalizada: LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA,  la que se da adentro de los hospitales, en la atención de médicos, enfermeras y otros especialistas que creen que conocen mejor nuestras necesidades y nuestra fisiología. Esto es algo que ya no podemos permitir que suceda, porque es fácil para un sistema mayormente patriarcal sugerir que para prevenir o reparar situaciones en la salud de la mujer exista la posibilidad de mutilarnos, cortar nuestro vientre, nuestro periné y recientemente,  hasta ver como un acto loable el hecho de extirparnos los senos.

No nos equivoquemos, nuestro cuerpo es nuestro, y desde nuestra entera autonomía tomamos las decisiones pertinentes para nosotras. 

No permitamos el elogio a un sistema médico que se apodera de nuestra voluntad a través de nuestro cuerpo, que desde la desinformación toma decisiones sobre nosotras y nos hace culpables de todo lo que no sale bien. Ya no permitamos que nuestra única opción sea alcanzar la salud desde la mutilación; ya no más episiotomías, no más cesáreas innecesarias, no a la mastectomía como una forma de prevención normalizada (es decir, no como una moda, no cuando no es necesaria).



                       El bebé que ni se enteró que nació...

La frase que corona tantísimos titulares de diversos medios en todos los idiomas resuena en mí como una cesión de poder consentida.

Al parecer sí, el bebé de la fotografía no se enteró que había nacido... todos estaban ahí: el personal médico, el gran obstetra, la cámara, pero no la mamá y tampoco el bebé.  Todo indica que se trata de una cesárea electiva o una cesárea innecesaria. Es decir, el bebé ni siquiera pudo elegir el momento de su nacimiento.

En esta sociedad del control, es mejor que los niños ni siquiera elijan su día o momento de nacimiento, porque puede ser demasiada libertad. Tal vez, ahora parezca demasiado radical, pero es necesario que saquemos de un contexto de lo "normalizado", de lo "común", el hecho de que NO EXISTA LIBERTAD PARA NACER, ni libertad para parir.

Las mujeres ya no estamos pariendo, ya no estamos siendo sujetas activas de nuestro proceso de crear, ahora se nos están extirpando a los hijos, se nos está arrebatando la autonomía, la libre elección y ¡sobretodo, el gozo! Parir se ha vuelto algo que sufrimos y no algo que vivimos y llevamos a cabo con felicidad. 

Nuestros hijos están naciendo según la agenda del médico, según sus vacaciones, según su turno, según lo necesita su bolsillo. Nuestros hijos son los logros de los obstetras, no de nosotras. Es así de terrible. El sistema actual de salud nos está anulando a las mujeres. Es así de terrible.

Pero no nos equivoquemos, los partos no son de los obstetras o del personal que lo atiende, los partos son nuestros: de las mujeres, de las madres.  



Tomemos acción.

Es necesario que tomemos acción. Es necesario que nos informemos, que abramos nuestra consciencia en relación a nuestro cuerpo, a nuestras emociones y a lo que verdaderamente necesitamos. No alimentemos al sistema del miedo. No permitamos que el miedo se filtre por nuestras fibras más sensibles, confiemos en nosotras, vamos a estar seguras en nuestra autonomía y sólo permitamos un acompañamiento genuino, sobre todo en esta etapa tan trascendente de nuestra vida. 

México no sólo es el país número uno en cesáreas, es también el país con el más bajo índice de lactancia materna pero con un alto presupuesto destinado a la atención en temas de obstetricia. Los recursos que pagamos con nuestros impuestos no están siendo bien administrados, al contrario, están propiciando un mayor rezago en cuestión de salud, y sobre todo, salud materno-infantil. 

La población  en México se constituye en un 51.2% de mujeres, es decir, somos más mujeres que hombres; el 40% de las altas hospitalarias en la salud pública son por cuestiones obstétricas, y ésta es justo el área donde más violencia se ejerce. Las mujeres estamos siendo violentadas en un país donde somos mayoría. Tenemos que tomar acción.  Tenemos todo el derecho de exigir mejores condiciones para dar a luz, nosotras somos quienes recibimos la atención que pagamos. 

No nos permitamos normalizar la violencia, no permitamos parir con sufrimiento, vamos a parir con poder, con autonomía y exigiendo todas las condiciones para hacerlo con seguridad y de manera humanizada.  No nos equivoquemos, los partos no son de los obstetras o del personal que lo atiende, los partos son nuestros: de las mujeres, de las madres. 


He aquí la diferencia... 






   













13 comentarios:

  1. Así nació mi hija gemela, con su saco amniótico intacto y de cola. Su hermana gemela nació primera y de cabeza. UN PARTO HUMANIZADO INOLVIDABLE.

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    1. ¡Qué maravilloso! Este es el tipo de historias que nos convendría escuchar más y más.

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  2. Esa foto ya de este señor con el bebé bañado en sangre GRITANDO me parece la VIOLACION más grande que esa criatura habrá podido sufrir en toda su vida y eso es lo más grave de todo. Como es habitual para mi si alguien (que llegara a leer mi comentario) no conoce las consecuencias de la SEPARACION de la madre de su criatura al nacer recomiendo ver el documental Restaurando el Paradigma Original de Nils Bergman. http://myblogdecrianzaconamor.blogspot.fr/2009/07/restaurando-el-paradigma-original.html
    Gracias por el artículo muy bueno, lo comparto.

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    1. Estimada Marisol, ¡claro! Si supiéramos las consecuencias que trae la separación mamá-bebé, la cascada de intervenciones previas, la cesárea innecesaria, bueno... tomaríamos mejores decisiones.

      Te invito a escuchar la grabación del programa en el cual charlé con la Doctora Laura Rincón Gallardo, hablamos de eso, de la importancia de no separar a mamá y bebé tras el parto/nacimiento.

      http://www.institutoprekop.com/PK/au8.html

      Un abrazo!

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    2. Hola Karina,
      Si efectivamente cuantas cosas se cambiarían, particularmente para mí conocer este documental de Bergman, leer los libros de Casilda Rodrigáñez y los de Michel Odent cambiaron radicalmente mi vida, pues mi segundo parto fué en casa, aún sufro mucho por el primer parto pues las heridas ahí están, pero este segundo parto en casa me devolvió mucho de la fuerza y el el poder perdido en el primer parto. Quizás por ello hoy con más fuerza en lo que puedo trabajo y doy mis granitos de arena, de acuerdo a mis posibilidades, porque este tipo de informaciones lo tengan más personas. Gracias por el enlace lo anoto para escucharlo tranquilamente más tarde. Te mando un abrazo.

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  3. Creo que lo borré sin querer, va de nuevo, excelente post, me gustó mucho.

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  4. Como medico que soy, considero respetable cada una de las opiniones vertidas al respecto. Un medico con etica profesional, sabe que el mejor medicamento es el que no se dá, asi como tambien, entre mas fisiologicos sean los procedimientos es mejor el pronostico para el binomio madre hijo. Sin embargo, considero en lo absoluto tendencioso y hasta cierto punto exagerado mencionar el termino "violencia obstetrica" por dos razones desde mi punto de vista a) La operacion cesarea tiene sus indicaciones bien establecidas dentro del argot medico. No es un procedimiento que se realice de rutina a menos que exista riesgo para la vida de la madre o el producto. b) Que los grandes mercenarios de la medicina en sus paquetes ginecologicos laven el cerebro de la poblacion, y que muchas mujeres por VOLUNTAD PROPIA, y en mi experiencia en hospitales de atencion publica, soliciten a gritos y lagrimas una cesarea durante el periodo expulsivo de trabajo de parto, a media contraccion uterina, no habla mas que de la inmadurez de nuestra sociedad ante el concepto de la maternidad, manifiesto en las fallas de los sistemas de salud y gobierno actuales en programas de salud reproductiva y planificacion familiar, y por otra parte, la poca intervencion de las familias en estos temas que se ve reflejado en el aumento de embarazos y desgraciadamente, en la mortalidad materna en menores de 20 años. Es mi opinion personal.

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  5. La gente que no sabe y no tiene ni idea del ámbito médico es la que critica este tipo de fotografías, en primer lugar no se pueden dar a conocer nombres de las madres ni fotos de ellas por etica y por la confidencialidad que se debe mantener, como medico es un orgullo ayudar a la madre a traer a su hijo al mundo, y emtregar buenos resultados, el labor de la madre nunca es arrebatado como se ah comentado, solo hay que tener un poco de criterio y no solo hablar mal por tener una mentalidad "cerrada". Gracias

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  6. Estimada AAA, si no se pueden dar a conocer nombres ni fotos CLARAMENTE SE ESTÁN VIOLANDO LOS DERECHOS de los bebés fotografiados, violando toda ética y responsabilidad. Claramente se ve que la gente que no sabe y no tiene idea de derechos humanos y ÉTICA realiza este tipo de cosas. Por favor, sé que hay personal médico muy ético, cuidadoso y en verdad, respetuoso en torno al parto y nacimiento, pero no todos son así.

    En México la atención médica en el área de gineco-obstetricia presenta el más alto índice de violencia y mala práctica. A ellos me dirijo cuando digo "un sistema médico que se apodera de nuestra voluntad a través de nuestro cuerpo, que desde la desinformación toma decisiones sobre nosotras..."

    Un sistema así no "ayuda a la madre a traer a su hijo al mundo", le roba la labor. Para hablar de criterio hay que conocer ambas partes, cosa que se nota no conoces AAA.

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  7. Mi comentario es con todo respeto a tus ideas Karina Falcón, sin embargo, creo que generar una postura tan agresiva hacia las madres que tienen un parto por cesárea es hasta cierto punto injusto, es cierto muchas lo toman como la opción mas "fácil", por así decirlo porque la recuperación es un calvario desde el primer momento en que te incorporas sus motivos tendrán y claro que mecaniza los procesos naturales, pero jamás en ningún momento la hace ser menos madre.

    Mi comentario va dirigido al siguiente estracto de tu documento
    "Las mujeres ya no estamos pariendo, ya no estamos siendo sujetas activas de nuestro proceso de crear, ahora se nos están extirpando a los hijos, se nos está arrebatando la autonomía, la libre elección y ¡sobretodo, el gozo! Parir se ha vuelto algo que sufrimos y no algo que vivimos y llevamos a cabo con felicidad. "
    Yo tuve parto por cesárea, después de haber ido a prepararme para un parto natural. Me realizaron una cirugía de emergencia y al oír que mi pequeño corria peligro no lo pensé ni un instante a pesar que era mi meta parir naturalmente.
    Al leer tus palabras tan severas como " ahora se nos están extirpando a los hijos" "mutilación" entre otras, quise contestarte con esto:
    Mantra de la cesárea

    Yo parí por cesárea,
    y por cesárea yo parí.
    Y se creó la puerta sagrada,
    para ti y para mí.

    Y pongo las manos en mi vientre,
    y susurro para mí:
    Gracias cicatriz querida,
    por lo mucho que aprendí.

    Yo parí por cesárea,
    y por cesárea yo parí.
    Y honro este portal de vida,
    por donde yo renací.

    Como madre, como hija,
    como mujer sin fin.
    Gracias cicatriz querida,
    por formar parte de mí.

    Porque tú custodias bien,
    el dolor que padecí.
    Un dolor que hoy yo transformo
    en sabiduría para mí.

    Yo parí por cesárea,
    y por cesárea yo parí.
    Gracias cicatriz querida,
    tú y yo unidas al fin.

    Y mi parto fue digno y bueno,
    y mi parto me enseñó,
    a inclinarme ante la vida
    más allá de mi corazón.

    Autora Mónica Manso

    Parir por cesárea o naturalmente, no nos hace más o menos madres, la maternidad es algo más profundo que la forma en la que dimos a luz a nuestros pequeños.
    No nos arrebata el logro de ser mamá como tu lo comentas:

    "Nuestros hijos son los logros de los obstetras, no de nosotras. Es así de terrible. El sistema actual de salud nos está anulando a las mujeres. Es así de terrible."

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