No, sancionar la violencia obstétrica no es el camino...


"El Senado aprueba sancionar violencia obstétrica" en México... se lee. Y de inmediato surgen reacciones y opiniones diversas. ¿Qué significará esto de "sancionar la violencia obstétrica"? 

I
El contexto y el colectivo.

Primero, es importante mirar el contexto, apelar a la memoria para tener una mayor consciencia de lo que esto puede implicar. Recordemos que somos el país No 1 en cesáreas, en bebés no amamantados y en obesidad infantil. El sector salud, y sobre todo el enfocado al bienestar de la díada mamá-bebé, está en crisis. Durante años se ha estado encendiendo el foco rojo en temas de mortalidad materna y violencia obstétrica; sin embargo, hasta hace unos meses algunos "especialistas" y burócratas decían que sólo se trataba de "casos aislados" y no eran temas de ocupación.

Entretanto, mujeres y bebés seguían viviendo maltrato y negligencia en instituciones públicas y privadas. 

Cuando comencé con los talleres "Concibiendo mi historia", para mujeres que desearan contar su experiencia de embarazo y parto, observé que al igual que yo, muchas de las participantes que habían vivido negligencia no sabían que así había sido, en cambio,  se sentían muy culpables porque su embarazo no había culminado en un parto contenido afectivamente, atendido en las mejores condiciones, en donde se hubieran sentido empoderadas, y dueñas de su cuerpo. A partir de la auto-observación y a través de compartir experiencias, encontramos el nombre para eso que habíamos vivido: violencia obstétrica. Y así nos encaminamos juntas, soltando la figura de "víctimas" y tomando acción. Elegimos el nombre de Colectivo de Investigación y Educación por una Maternidad Empoderada.

Dejando a un lado la reflexión redundantemente eterna, la charla activista de café, el "reaccionismo" que sólo se queda en la pantalla de las redes sociales, decidimos buscar espacios de escucha y conversación, reuniones con otras asociaciones civiles, con Presidencia, en medios de comunicación, para abrir camino hacia el PARTO RESPETADO PARA TODAS. Como nosotras, por supuesto, otras ONG, maravillosas personas e instituciones privadas también lo estaban haciendo, cada quien desde su espacio y posibilidades.

En 2013 gracias a una invitación por parte de SIPAM (Salud Integral para la Mujer A.C.) y del Instituto Veracruzano de las Mujeres, tuve la oportunidad de formar parte de una capacitación al personal médico en torno a los temas: violencia obstétrica y parto respetado. Por supuesto, fue una experiencia muy enriquecedora, en donde aprendí muchísimo acerca del sentir y pensar del personal médico. Entendí que para que existe un eje víctima-victimario ambas partes deben poner mucho de sí. No puede haber un victimario si no hay una víctima que lo permita. Y es verdad, muchas doctoras, doctores, enfemeras y enfermeros no saben a consciencia que están ejerciendo violencia contra las usuarias.



II
La sanción no es la solución.

¡Por supuesto, la sanción no es la solución! Sería ingenuo pensar que sancionar la violencia obstétrica es la solución y el único camino o el mejor, y resulta aún peor pensar que lo que deseamos las usuarias es que todo el personal médico-obstétrico vaya a la cárcel. Pensarlo así es una forma reduccionista de pensar a la cual muchos están acostumbrados.

Sin embargo, en el Colectivo Maternidad Empoderada sí nos satisface que este dictamen se haya hecho, porque al hacerlo se acepta como un tema prioritario de salud y no se maneja sólo como "casos aislados". De esta manera millones de mujeres, sobre todo, las que viven en un estado crítico de vulnerabilidad podrán hacer valer el derecho a un parto respetado y digno. Y en caso de que esto no suceda, tendrán la posibilidad de hacer justicia. 

Otro punto, es que los hospitales e instituciones públicas y privadas de salud se verán en la necesidad de capacitarse en los modelos disponibles y actualizados para atención al embarazo, parto y puerperio, en las recomendaciones de la OMS, en las necesidades de nosotras las usuarias, porque al fin se está poniendo sobre decreto que sí se ha patologizado y sobremedicalizado el proceso natural del parto, que se han tomado decisiones sobre el cuerpo y salud de las mujeres, sin nuestro consentimiento, y que ahora, esto ya no podrá ser. Entonces, podemos aprovechar el impulso de esta decisión del Senado y llevarlo a buen puerto, o podemos seguir reflexionando eternamente acerca de lo que "sí debe ser o no debe ser" para erradicar la violencia obstétrica.

Junto con esta decisión hecha por el Senado Mexicano, podemos impulsar como sociedad civil y profesionales del parto/nacimiento programas, ideas, etc que ayuden a fortalecer la educación de las mujeres, la toma de auto-consciencia, el auto-empoderamiento y la des-mitificación de la atención del embarazo, parto y puerperio. 




III
Aprovechar el impulso

Realmente es una gran oportunidad para decirle al personal médico-obstétrico que deseamos trabajar en conjunto, que necesitamos trabajar en conjunto. Es una gran oportunidad para tomar consciencia individual, desde el papel que nos toca, y compartir esa consciencia al colectivo. La invitación es a aprovechar el impulso, trabajando en positivo, encontrando lo que nace desde el corazón para aportar en este camino.

Por supuesto, la sanción no es la solución, esto no se trata de perpetuar la historia víctimas-victimarios-venganza. Esto significa que legalmente tenemos todo el derecho a pedir (y accionar por) mejores condiciones y libertad para parir. Tenemos todo el derecho a pedir una educación perinatal pública y gratuita que nos ayude a diferenciar las prácticas médicas innecesarias durante nuestro embarazo, parto o puerperio; tenemos el derecho a saber con apertura qué es una cesárea innecesaria y por qué es importante el apego inmediato con nuestr@ bebé, y ya que lo sabemos, podemos exigirlo, en cualquier hospital público o privado.

Es realmente un gran paso, en favor de nosotras, de nuestras hijas e hijos, y del personal médico,  porque esto también les representa la oportunidad de repensar y reconsiderar su práctica; y si han ejercido violencia, aún sin desearlo conscientemente, la invitación es a actualizarse y escuchar a las mujeres, quienes somos (y ahora legalmente) las protagonistas del parto. 

Para finalizar, te invito a mirar la grabación del programa Espiral transmitido por Canal 11 (televisión mexicana), en torno al tema de la violencia obstétrica. Me parece importante compartirlo, porque se puede observar claramente que no existe una solución única al conflicto, y que más bien toca a cada quien, (sociedad civil, doulas, educadoras, instructoras, mamás, mujeres sin hijos, médicos, políticos) contribuir con lo que mejor nazca de sí.




1 comentario:

  1. La violencia obstetrica, no es causado por la buena o mala voluntad del personal de salud,o falta de conocimiento científico sobre el parto, embarazo, la causa va más allá de una decisión individual, este tipo de violencia está interiorizada por el personal de salud tanto en un nivel colectivo expresado en unas formas sociales, las lógicas medicas, las practicas, y ejecutadas en las estructuras: hospitales, consultas privadas y publicas, donde se ejerce la fuerza y la autoridad sobre los cuerpos de la mujeres.
    Se hace urgente superar la dicotomía dominador y dominado, para establecer las lógicas,
    las disposiciones, que poseen ambos agentes, para lograr entender y transformar las relaciones de fuerzas y de poder que se ponen en juego en la interacción mujer-personal de salud, donde el habitus del personal de salud, la legitimación social, les imponen un velo mágico-religioso; el cual lo dota de la fuerza para realizar el ejerció de poder.
    El develar este proceso que se encuentra en la sombra hacia la luz, va permití que las mujeres se emancipe en torno a sus partos, el camino es largo, complejo, empero solo en la medida que se nombre esta relación y ejerció de poder sobre la mujer que deviene en violencia obstetrica que se caracteriza por ser una violencia Simbólica.
    Por ultimo recordar que la violencia obstetrica también representan una biopoltíca control y poder sobre la vida, específicamente sobre el nacimiento.

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